viernes, octubre 28, 2005
15:36
ESTÁS EN MI VIDA
Hoy por primera vez me he dado cuenta de que si cierro los ojos y pienso en ti veo tu cara.
jueves, octubre 27, 2005
12:35
EL RUIDO DEL MOTOR
No saber entender la felicidad como algo efímero es uno de los pilares en los que se basa una rara tristeza que noto algunas noches antes de acostarme.
A veces tengo la impresión de que no es que tenga miedo a que no se abra el paracaidas, sino que lo que quiero es seguir volando.
En un cielo azul y limpio, donde el ruido del motor me impida escuchar mis más oscuros pensamientos.
miércoles, octubre 26, 2005
13:37
ESTA MAÑANA SE ME HA OLVIDADO MIRARME EL OMBLIGO
A veces prefieres tener menos sitio en el sofá y quedarte dormido como un ovillo de lana si te acarician el cuello muy despacito.
Despertarte y sentir un aroma diferente en tu almohada aunque no sea el del suavizante que te gusta, o cambiar el sabor de tu yogourt favorito por otro que nunca se te hubiera ocurrido comprar.
Pasar cinco minutos pensando en alguien, mientras flotas con los pies colgando de la rodaja de limón del primer té de la mañana, en vez de escuchar las noticias en la radio, o cambiar las palabras de un libro estupendo por un "que duermas bien" al otro lado del teléfono.
A veces es muy sano creer que la muerte viaja en el vagón de al lado y que tu has decidido ir al trabajo dando un paseo.
A veces mola muchísimo darte cuenta de que esta mañana se te ha olvidado mirarte el ombligo.
Y hoy es un día de esos.
jueves, octubre 20, 2005
11:10
COMO EN UN ROCE QUE NO SUPIERAS QUE EXISTE
Esta noche mi casa cruje.
Le duelen las rodillas y los codos porque nota la edad y el frío.
Y se acuerda de ti.
Y mientras friego me lo dice al oido.
Me lavo los dientes y me arrepiento.
Me apetece comerme una naranja.
Vuelvo a la habitación.
Las luces del salón están apagadas y busco una cita de John Berger hablando sobre el color de la oscuridad que me recuerda a este instante.
"Cuando se puso el sol, el bosque se lleno de negrura, no del color negro, sino del misterio, de la invitación al negro.
Negrura como un abrigo negro, como en unos cabellos negros, COMO EN UN ROCE QUE NO SUPIERAS QUE EXISTE.
Aunque Vica se ha ido, oigo su voz. Me pasa a menudo.
King, calla la boca me dice, no sabes de lo que estás hablando.
Hablo del color negro, le digo, y de sexo."
Y como siempre me vuelvo a emocionar con las maravillosas palabras de este hombre.
PARA E.
martes, octubre 18, 2005
11:20
UN AVIÓN SOBRE MI CABEZA.
Solamente por el hecho de sentir me aprietas el alma, como cuando un niño se agarra a un cojín porque tiene miedo.
Y de repente todo encaja como la carrocería de un avión.
Ni un tornillo de más, ni un beso de menos.
lunes, octubre 17, 2005
23:08
UN SMS UN POQUITO MÁS LARGO.
10:31. Voy en la parte de atrás del coche. Octubre va sentado a mi lado. Encima del tejado de la mezquita de la M-30 un pájaro negro juega con una bolsa de plastico blanco. En la radio la gente se queja en el contestador de Siglo XXI.
Pero yo no les escucho.
Sólo pienso en tus besos.
Casi estamos llegando, y al coger una curva, octubre se mueve al mismo ritmo que el que llevan las nubes.
Recibo un sms y te contesto.
jueves, octubre 13, 2005
18:07
MAS PERRA QUE LA LASIE
Ayer me compre un pantalón pitillo negro rollo "Ramones" y unas converse de principe de gales.
Ayer dí un paseo maravilloso por el parque, y olía a lluvia, y fuí feliz.
Ayer me comí un bocadillo de calamares en mi bar favorito y me tomé tres dry martinis con vodka y cuatro cervezas.
Ayer cambié dormir con un oso de peluche por uno de verdad.
Creo que hoy voy a repetirlo.
lunes, octubre 10, 2005
15:35
DESEO
A veces me mira de reojo y me asusto. Otras hace que toque el cielo.
El primer día me contó historias sobre del norte de Méjico y hoy antes de colgar el teléfono me ha dicho que está cansado de vivir en Madrid. Lleva un anillo que le regaló su abuela con tres palabras escritas en hebreo, y un día al despertar, olvidó lo que significaban.
No paraba de pedirme que le besara y yo lo hacía. Y cada beso era largo y espeso, y veinte horas se concentraron en cinco minutos.
Y yo me sentía protegido como si estuviera dentro de una tienda de campaña y afuera estuviera lloviendo.
Y volví a no fiarme de él.
Y al tocar sus manos un aroma de malicia y de deseo se pegó a mi piel.
Y no lo puedo evitar pero aún la conservo.
